Un bloque de cáñamo, convicciones firmes.

Lo que convenció a Olivier Beghin desde el principio no fueron solo las propiedades técnicas del cáñamo —aunque son muchas—, sino su capacidad para responder a varios retos a la vez: aislamiento térmico y acústico, regulación natural de la humedad, confort de vida…

Todo ello en un formato ligero, biobasado y fácil de instalar.

Desde entonces, el bloque de IsoHemp se ha consolidado tanto en obra nueva como en rehabilitación, desde viviendas unifamiliares hasta grandes proyectos colectivos, con una lógica simple: combinar rendimiento e impacto mínimo.


Una fábrica impulsada por energía solar… y sentido común.

En IsoHemp, la sostenibilidad no se detiene en el producto. Se aplica en todas las etapas, incluso en el corazón mismo de la planta.

El 35 % de la producción funciona con energía solar, los residuos se recuperan y reciclan, y las aguas de limpieza se tratan y reutilizan en el proceso.

« Siempre hemos querido producir de forma limpia, a gran escala y sin desperdicio. Es nuestra forma de ser coherentes con lo que ofrecemos. »

Desde su creación, la empresa ha invertido más de 15 millones de euros para desarrollar este modelo industrial. Y esto es solo el principio: hay un proyecto de expansión en curso con tres hectáreas adicionales para responder a la creciente demanda, tanto en Bélgica como a nivel internacional.

La prensa se hace eco del tema

Construir de otra manera, aquí y en otros lugares.

Actualmente, IsoHemp genera el 50 % de su facturación fuera de Bélgica. Francia, Países Bajos, Alemania, Luxemburgo…

La demanda de soluciones biobasadas está creciendo, impulsada por nuevas normativas ambientales y una verdadera concienciación del sector.

¿El próximo paso? La apertura de una segunda planta de producción en Francia para responder a esta creciente demanda y acelerar la descarbonización del sector de la construcción.

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