El aislamiento por sí solo no basta.
¿Cree que aislar bien su casa le garantiza confort tanto en invierno como en verano? Pues eso es (parcialmente) falso. Para su confort y sus finanzas, debe absolutamente evitar los errores que comete mucha gente y elegir los materiales adecuados para sus muros.
Una buena aislación se acepta a menudo como una verdad absoluta:
• Ahorro de energía en calefacción y confort garantizado.
• Reducción de las emisiones de CO² en el futuro.
• Buen certificado energético (PEB) a la hora de revender una casa (¿qué hay de su evolución futura?).
Y, dada la deriva climática, ahora sabemos que las olas de calor serán más frecuentes en nuestras regiones… de ahí el aislamiento. Aunque el aislamiento sea necesario, las opciones propuestas suelen ser preocupantes si se desea construir una casa cómoda, asequible y ecológicamente sostenible.
La inercia térmica, un elemento que falta.
Es importante entender que el aislamiento y la inercia térmica van de la mano para asegurar eficazmente el confort tanto en verano como en invierno.
El aislamiento y la inercia térmica conciernen a:
• El tejado
• Los muros (exteriores e interiores)
• Los suelos y pavimentos
• E incluso el subsuelo.
Comencemos por los aislantes. Aunque son necesarios, tienen sus limitaciones. Los aislantes pueden ser de origen mineral, petroquímico o vegetal.
Hemos resumido sus características en una tabla que le será muy útil.
La inercia térmica explicada sencillamente.
Debe saber que la inercia térmica de su casa será el factor clave que la hará confortable y, a largo plazo, mucho más rentable financieramente.
Cuanto más pesados sean los materiales, más energía y por tanto tiempo se necesita para que se calienten. Por el contrario, cuanto más ligeros son, más rápido se calientan.
Ejemplo: En un hermoso día soleado, el aire, que es muy ligero, se calienta de inmediato. El colchón de espuma de su tumbona (como un aislante) estará caliente en pocos minutos. Su piscina (el agua es 1000 veces más densa que el aire) tardará diez días en calentarse…
Por eso los materiales pesados: piedras naturales, bloques de cal y cáñamo, troncos de madera maciza, soleras de hormigón o muros macizos de ladrillo… presentan una muy buena inercia térmica (o masa térmica).
¿Y los aislantes en todo esto?
Los aislantes convencionales (lanas minerales y productos químicos espumados) son muy ligeros y tienen poca “masa o inercia térmica”. Por lo tanto, se calientan muy rápido.
Se puede, evidentemente, aumentar la inercia térmica de los aislantes minerales o petroquímicos aumentando su espesor. Pero, por ejemplo, en una casa con estructura ligera, ¿qué espesor de lana aislante se necesita para igualar la masa de un bloque?
Además, estos aislantes consumen mucho petróleo, no son neutros en gases de efecto invernadero (¡todo lo contrario: el HFC utilizado para espumar el PUR es 1000 veces más activo como gas de efecto invernadero que el CO₂!), no son reciclables, no son tan duraderos como se anuncia y a menudo hay que rehacer los trabajos de aislamiento después de algunas décadas.
¿Las ventajas de una buena inercia térmica? El desfase…
Una gran inercia térmica ofrece dos ventajas importantes para su casa:
• Almacena mucha más energía en las paredes, y más lentamente. Por lo tanto, en caso de calor intenso, evita que el interior de la casa se sobrecaliente demasiado rápido.
• Cuando el tiempo se refresca, la energía almacenada en la masa de las paredes se redistribuye de manera natural, manteniendo su casa siempre cómoda.
¿Qué es el desfase?
En pocas palabras, el calor almacenado durante el día en paredes pesadas, que impidió que la casa se sobrecalentara, puede liberarse por la noche. Así evita que su casa se enfríe si las noches son frescas y también se asegura de que no haga demasiado calor en el interior durante el día. Podríamos llamarlo una climatización natural gratuita durante el día y un sistema de calefacción durante la noche.
En el próximo artículo del blog, le explicaremos en detalle 6 ventajas decisivas para que su casa, con un buen aislamiento y una buena inercia térmica, sea más cómoda, asequible y duradera de lo que había imaginado.
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