El cáñamo es un superhéroe :
Puede alimentarnos, vestirnos, alojarnos, curarnos y todo eso sin hacernos “colocar”. De hecho, aunque pertenece a la misma familia del cannabis, el cáñamo contiene como máximo un 0,2% de THC, por lo que no tiene efecto psicoactivo. Sin embargo, podría hacernos girar la cabeza al tomar conciencia de sus múltiples usos y de sus numerosos beneficios para el medioambiente.
Utilizado durante milenios en todo el mundo, el cáñamo fue en un momento dado prohibido, primero en Estados Unidos y luego en el resto del mundo, para dar paso al algodón, al petróleo… Por suerte, lleva algunos años regresando con fuerza, para nuestro mayor placer y el de nuestro planeta. Desde 1988, Europa subvenciona el cultivo de variedades de cáñamo no psicotrópico.
El cultivo del cáñamo: natural, fácil y rápido.
El cáñamo presenta la increíble ventaja de poder ser cultivado sin utilizar herbicidas, pesticidas ni fungicidas. Su vigor natural lo hace perfectamente resistente a las distintas enfermedades.
La planta de cáñamo puede cultivarse en cualquier lugar y se adapta a todos los climas. Incluso en caso de sequía, no necesita riego, por lo que utiliza muy poca agua. El cáñamo crece muy rápidamente, alcanzando su madurez en solo 4 meses.
Esto garantiza no solo excelentes rendimientos, sino que el rápido crecimiento también ahoga las malas hierbas que intentan brotar.
El cáñamo, una bendición para la preservación del planeta.
El cáñamo es increíblemente respetuoso con los suelos en los que crece. Tiene el poder de desintoxicarlos y de absorber y eliminar productos químicos y tóxicos. Hasta tal punto que se sembró cáñamo en masa alrededor de la central nuclear de Chernóbil, tras el accidente de 1986, para descontaminar la zona.
Además, participa activamente en sanear el aire que respiramos. La planta de cáñamo absorbe 4 veces más CO₂ que un árbol, contribuyendo en gran medida a disminuir los gases de efecto invernadero.
Todo es bueno en el cáñamo.
Cada parte de esta planta polifacética puede ser utilizada, desde la semilla hasta las hojas. Por ejemplo, la fibra se utiliza en numerosos ámbitos como la industria textil, el bioplástico, la papelería…
O las semillas, ricas en proteínas, lípidos y fibras, que son auténticas joyas para la producción de alimentos y cosméticos. Y las hojas, así como las flores, por sus propiedades terapéuticas…
Para los actores del sector de la construcción preocupados por el medioambiente, como IsoHemp, es la chènevotte la que se aprecia especialmente. Esta parte interior del tallo de la planta de cáñamo constituye un maravilloso aislante térmico y acústico.

¿Lo sabías?
En la década de 1930, Henry Ford creó un coche que funcionaba con biocombustible de cáñamo.
En 1450, la primera biblia de la historia fue impresa por Gutenberg en papel a base de cáñamo.
En 1492, gracias al cáñamo, Cristóbal Colón pudo atravesar el Atlántico y llegar a América. Las velas y las cuerdas, extremadamente resistentes, de sus barcos estaban fabricadas con cáñamo.
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